El panorama suntuoso que se abre ante nosotros a través de las ventanas de este restaurante situado en un torreón gótico (“zvonice” significa “campanario”) nos ofrece, entre otras cosas, las vistas al castillo de Praga. El interior es característico por el uso de la madera como material principal y las mesas están dispuestas con elegancia entre las vigas vistas.
El menú, por su parte, se centra en la tradición. Las sopas, como la crema de cangrejo de río, la sopa de col y níscalos salteados o el consomé casero de buey con fideos, nos permiten hacernos una buena idea de la cocina checa burguesa de los siglos pasados.
Además, los platos más tradicionales están agrupados en un apartado independiente: costillas de cochinillo a Přeštice servidas por el chef con salsa de colmenillas y puré de chucrut y patatas, la pata de cordero está condimentada con romero, el solomillo de jabalí está acompañado por una salsa de arándanos y tortas de patata. Las recetas antiguas han sido aquí revisadas y corregidas para obtener un resultado auténtico, creíble, sin caer en un kitsch inútil. Pero también es posible saborear el venado preparado de manera exótica: en una empanada de pistacho con puré de batata.