París, 1889. Con motivo de la exposición universal, se construye la torre Eiffel. Entre otros visitantes, los representantes del Club de Turistas Checos se quedan tan impresionados por el monumento parisino, que deciden “llevárselo” a Praga. Este fue el origen del nuevo mirador de Praga, que fue levantado en la colina de Petřín, a más de 100 metros por encima del centro urbano y de la ribera del Moldava. Por eso, esta torre puede ofrecer unas vistas comparables a las de su hermana mayor parisina, a pesar de medir solo 65 metros de altura.
Igual que la torre Eiffel fue inaugurada con motivo de la Exposición Universal de 1889, la torre mirador de Petřín abrió sus puertas en 1891 para celebrar la de Praga. Aunque se inspira de manera libre en la torre de París, de ella se desprende un aire claramente Belle Époque. Adolf Hitler, al visitar la Praga ocupada en 1939, expresó su deseo de que la torre fuera totalmente demolida. Afortunadamente, esto no se hizo realidad y la “pequeña torre Eiffel” se alza en Petřín aun hoy en día.