Este monumento y su inmensa estatua ecuestre es una magnífica obra arquitectónica. Es además un lugar importante para la historia de los Países Checos, así como un museo que rememora los grandes momentos en la historia moderna del Estado checo. Fue edificado entre 1929 y 1933 como homenaje a los legionarios checoslovacos y a los resistentes de la Primera Guerra Mundial. También alberga la tumba del Soldado Desconocido.
El monumento nacional de Vítkov es un buen ejemplo de arquitectura funcionalista, austera al tiempo que imponente. Su autor es el arquitecto Jan Závorka, que también ideó el Museo del Ejército en Žižkov, situado en las cercanías. Delante del monumento se eleva una estatua de Jan Žižka z Trocnova, realizada en 1950. Este caudillo militar consiguió derrotar en Vítkov, en 1420, a un ejército de Cruzados que rodeaba Praga, al frente de las tropas husitas, menos numerosas. Hoy en día es la tercera estatua ecuestre más grande del mundo.
El régimen comunista aprovechó el monumento para hacer un mausoleo a la memoria del presidente Klement Gottwald, y en él se inhumaron los cuerpos de ciertos dirigentes del Partido Comunista Checoslovaco. Los restos de todas las personalidades aquí enterradas fueron trasladados a partir de 1989.
El monumento de Vítkov ha conseguido superar el periodo comunista, pero ya no suscita tanta emoción como en la época de su fundación: el recuerdo de la Primera República Checoslovaca, periodo durante el cual se construyó la identidad nacional y se rendía homenaje a sus héroes, no es más que una lejana evocación que vuelve solo en las celebraciones nacionales.