En un magnífico edificio funcionalista de los años 20, encontrará las ricas colecciones de los siglos XX y XXI de la Galería Nacional de Praga, con una presentación multidisciplinar: pinturas y esculturas, por supuesto, pero también gráficos, arquitectura, diseño, arte industrial, escenografía...
El Centro de Exposiciones (Veletržní palác en checo), un inmenso edificio funcionalista de los años veinte, merece una visita en sí mismo. Obra vanguardista de los arquitectos Oldřich Tyl y Josef Fuchs, es un manifiesto de modernidad por su sencillez, blancura, pureza de líneas y la luz que inunda sus espacios, sobre todo en el impresionante vestíbulo central desde el que se elevan las ocho plantas. Destinado en un principio a exposiciones de maquinaria industrial, fue asolado por un incendio en los años 70 y amenazado de destrucción antes de encontrar una segunda vida como sede de las ricas colecciones de arte moderno y contemporáneo de la Galerie Nationale. Todos los ámbitos de la creación están representados aquí: pintura y escultura, por supuesto, pero también arquitectura, diseño, mobiliario, fotografía, escenografía y arte gráfico.
La colección de arte francés de los siglos XIX y XX es la más prestigiosa. Es el resultado de los fructíferos vínculos entre la incipiente Checoslovaquia y Francia en el periodo de entreguerras. La atención de artistas, coleccionistas e historiadores del arte bohemios se centró en la obra de la vanguardia parisina. Sabias compras, complementadas más tarde por generosas donaciones, conformaron esta colección única, que incluye obras de los más grandes artistas franceses: Delacroix, Carpeaux, Rodin, Courbet, Monet, Pissarro, Gauguin, Cézanne, y las obras parisinas de Picasso (ampliamente representado aquí), Derain, Dufy, Bourdelle y otros.
Menos conocido internacionalmente, el arte checo del siglo XX también merece atención. La exposición se abre con la obra vanguardista de František Kupka, ampliamente representada: la colección de la Galería Nacional permite seguir todas las etapas de su creación, desde sus primeros lienzos impregnados de simbolismo hasta sus obras radicales de abstracción geométrica. El cubismo checo está presente en todos los ámbitos de la creación, y muestra hasta qué punto los artistas estaban atentos a la vanguardia parisina contemporánea.
En la segunda planta, el arte checo de los años 30 a 2000 nos lleva del arte moderno al arte contemporáneo, de los surrealistas de los años 30 a las instalaciones de arte cinético.
Por último, la primera planta presenta las obras internacionales del siglo XX: descubrimos o redescubrimos las obras de G. Klimt, E. Schiele, J. Miró, A. Tàpies, J. Beuys, T. Cragg, C. Sherman...