Este pequeño café, que bien podría pasar inadvertido en su calle en Vinohrady, le hace honor con su nombre a la santa edificación de La Meca. Quizá, por lo mismo, cabe anotar que es bueno peregrinar allí al menos una vez en la vida. Incluso más; sería mejor. Eso sí, la inspiración oriental se detiene en el nombre. Apenas entremos, estaremos en medio de una explosión de colores vivos, característica del estilo de Bruselas, en plena exposición de 1958. En el Kaaba nos daremos cuenta de que el plástico, la Formica, y las formas "cósmicas" ocupan un lugar en la historia del diseño y que nos dan aún un cierto confort.
Advertimos, llamar al Kaaba café es un poco engañoso. Sí, es verdad, podremos tomar un buen café italiano o uno de sus innombrables tés y pasar todo el día debatiendo o trabajando. Pero también será acogedor para los que buscan un desayuno, una comida ligera y caliente, una cena o una tostada con «cualquier cosa»; o si vamos de fiesta. El Kaaba también es un bar y una bodega de vinos. Además, los precios invitan a quedarnos, ya que son correcto.