La mayoría de los turistas que vienen al barrio de Troja lo hacen sobre todo para visitar el Zoo de Praga o el Jardín Botánico. Pero eso no es todo: ¡hay muchas otras cosas que ver en Troja! Empezando por el elegante parque que se extiende alrededor del castillo de Troja, el lugar ideal para pasear o descansar un rato en uno de sus numerosos bancos.
El jardín de Troja data de finales del siglo XVII. Es un jardín de estilo francés: en él dominan la simetría y las formas geométricas. Sus caminos rectilíneos convergen en un punto central, la fuente de Neptuno. Están flanqueados por setos y césped, con árboles frutales y ornamentales. Por todas partes pueden admirarse obras interesantes, como esculturas, fuentes o una colección de piezas de terracota alineadas en la terraza superior. Uno de los elementos más espectaculares del jardín es, sin duda alguna, la escalera monumental de dos brazos que da acceso directo al palacio y que está decorada con esculturas inspiradas en motivos de la antigüedad. No hay que perderse tampoco el vergel y su laberinto vegetal, una atracción especialmente divertida para los niños.
Cerca del palacio, encontramos el viñedo de Santa Clara, que en su origen pertenecía al mismo propietario. Debe su nombre a la esposa del fundador del palacio, Clara Bernardina von Maltzahn. Actualmente, el viñedo y su capilla forman parte del Jardín Botánico de Praga.
La entrada al jardín del castillo de Troja es gratuita durante el horario de apertura del palacio. Es posible visitarlo sin acceder al interior del palacio y aprovechar para dar un paseo por el parque de Stromovka, que se encuentra no lejos de aquí.