Se trata de un establecimiento excepcional en frente del cual las personas hacen fila. Este pequeño y acogedor bar de dos plantas sirve algunos de los mejores cócteles de Praga. Los precios y la variedad son de calidad; mejor dicho, todo lo que bebamos aquí será de primera.
Aquí hasta la presentación es muy cuidada, por lo que solamente algunas bebidas las sirven en vasos o copas tradicionales; así que podremos esperar tazas de Bretaña, contenedores de laboratorio con formas mágicas o un teleobjetivo. Si decidimos volver, encontraremos algo nuevo, puesto que la selección de bebidas siempre está siendo renovada. El personal conoce su labor a la perfección, lo cual les hace parecer un poco fríos, pero todo es cuestión de costumbre.
Para evitar el estrés y las sorpresas desagradables es necesario conocer y seguir las reglas del Hemingway antes de visitarlo: es obligatorio sentarse; no debemos ofrecerle a nadie una bebida, hasta que el barman no averigüe si la otra persona también está interesada en la bebida y no mover los muebles, entre otras. El personal exige que se sigan estrictamente las instrucciones y no hacen excepciones. Así que si no nos comportamos de una manera educada, correremos el riesgo de que nos pongan de patitas en la calle.
Anaïs, Avantgarde Prague