Frente al río, rodeada de las magníficas fachadas Art Nouveau que se extienden a lo largo del Moldava, se alza una de las edificaciones más fantasiosas de la ciudad, hecha de vidrio y hormigón: la Casa Danzante, obra maestra de la arquitectura deconstructivista.
Es una creación del arquitecto croata Vlado Milunić y el estadounido-canadiense Franck O. Gehry. Su ritmo jovial y turbulento evoca con humor la elegancia y la sensualidad de la pareja de danzantes Fred Astair y Ginger Roger.
Situado en la última planta de este sorprendente edificio, el restaurante Ginger & Fred ofrece una vista panorámica de la belleza de Praga, como el Castillo, el pintoresco barrio de Malá Strana, el Moldava y la colina de Petříň.
El concepto del restaurante hace hincapié en un cierto ludismo, que se manifiesta en la decoración interior y en la cocina internacional y moderna. Esta última, creativa y orientada a productos de temporada de calidad, está acompañada por una carta de vinos que ofrece una amplia variedad.
Los platos a la carta coexisten con un menú muy asequible al mediodía; una estupenda ocasión de degustar una comida excelente con unas vistas espectaculares de la ciudad.