Como en toda Europa y en el mundo, la pandemia de COVID-19 afectó duramente a Praga y a toda la República Checa. El país experimentó varios confinamientos de distinta severidad. Los restaurantes, tiendas, escuelas y otros servicios estuvieron cerrados al público durante mucho tiempo. En un momento, también se cerraron las fronteras para el turismo.
Afortunadamente, esto ya no es el caso desde abril de 2022, cuando se levantaron las últimas restricciones relacionadas con la pandemia, y todo volvió a la normalidad. Al igual que antes de la pandemia, los residentes de la UE solo necesitan una tarjeta de identificación válida para viajar por estos países. El uso de respiradores o mascarillas ya no es obligatorio en la República Checa. Sin embargo, se recomienda usarlos en caso de enfermedades respiratorias o si su estado de salud lo requiere. Algunas instituciones de salud exigen la entrada solo con un respirador.