Tendremos una vista espectacular de Praga, una de esas que se extiende por todas partes. El café, que se parece a un cubo de cristal, está ubicado sobre un techo plano, que hace las veces de terraza.
Se trata de un monumento que ha visto pasar la historia tan rápidamente, que ha quedado estupefacto. Sobre un célebre campo de batalla husita se edificó una construcción monumental para rendir homenaje a los legionarios. Luego, se transformó en una bodega de la Wehrmacht (fuerzas armadas de la Alemania nazi). Posteriormente, se convirtió en el descanso último de los funcionarios comunistas, siendo incluso el mausoleo del primer presidente del proletariado, Klement Gottwald, cuya momia no pudo preservarse y tocó cremarla.
Hoy en día, todos los restos han sido trasladados, excepto los de dos soldados desconocidos. Quién sabe si sus almas no hayan quedado por allí, ya que estaban acostumbradas a este lugar como su morada de ultratumba. En fin, estos hechos le dan un gusto histórico a cada una de las bebidas y postres que ofrece el menú. Cabe anotar que los precios no incluyen impuestos funerarios.