Salimos de un concierto en la sala Smetana de la Casa municipal... O recién descubrimos la plaza Wenceslao, sus pasajes de comienzos del siglo XX, sus palacetes... Para seguir en esta tónica de la belle époque, cálida y fiestera, nada mejor que una pequeña pausa en el Café Imperial, ubicado en la Ciudad Nueva, cerca de la estación Masaryk (Masarykovo nádraží).
Los oriundos de Praga son asiduos desde su reinauguración, ya que tuvieron que abstenerse mientras lo remodelaban. Entenderemos el porqué apenas entremos a este edificio de fachada art déco, construido entre 1913 y 1914. Columnas con arabescos orientales y patrones de animales, capiteles mediterráneos y estilizados, techos en mosaico, una decoración vegetal que invade las paredes: ¡un estilo ecléctico increíble!
Antes de quedar en muy buenas manos, un último consejo: caigamos en la tentación de sus postres y pastelería, son de lo mejor que hay en la capital. O sino, comer o cenar allí mismo, con sus platos verdaderamente refinados. Bueno a saber: el lugar vive bastante lleno, así que es mejor reservar. Estamos advertidos.