Un recuerdo romántico del gueto desaparecido...
A principios del siglo XX, el gueto judío de Praga fue demolido en su casi totalidad, llevándose consigo su ambiente pintoresco. Las callejuelas tortuosas fueron sustituidas por anchas avenidas en las que se alinean edificios lujosos que no tienen nada que ver con el barrio original. El único lugar donde sobrevive algo del gueto desaparecido es la zona del Viejo Cementerio judío. Con sus tumbas y los pocos monumentos que lo rodean, como la sinagoga Vieja-Nueva, la sinagoga Klausen, la Gran Sinagoga y el ayuntamiento de la ciudad judía, consigue revivir un fugaz recuerdo del antiguo asentamiento judío.
La antigua sala de ceremonias de la hermandad de pompas fúnebres (Hevra Kaddisha) es uno de los pocos edificios recientes que intenta continuar el estilo del gueto desaparecido. Data de los años 1906-1908 y su aspecto neorrománico hace alusión a la historia milenaria de la ciudad judía, con un tanto de romanticismo. En la planta baja estaba situada la morgue, en la primera, una habitación destinada a las abluciones rituales de los difuntos y, en la segunda, la sala de la hermandad, adornada de cuadros que representaban las actividades de esta y que databa de finales del siglo XVIII.
Desde 1926, esta edificación es gestionada por el Museo Judío de Praga. En la actualidad, alberga una exposición sobre el Viejo Cementerio judío y la historia de la hermandad.
Para visitar la antigua sala de ceremonias, es necesario comprar una entrada para todo el Museo Judío, que incluye igualmente la sinagoga Española, la sinagoga Pynkas, la sinagoga Maisel, la sinagoga Klausen y el Viejo Cementerio judío. No se puede comprar solo la entrada para la sala de ceremonias.
Es posible visitar este monumento con uno de nuestros guías, en un recorrido guiado por la Ciudad Judía de Praga, comentado en español, descubriendo la historia de los judíos de Bohemia, sus tradiciones y su vida cotidiana.