Es raro que un restaurante o una cadena de restaurantes contente tanto a los turistas como a los lugareños. Sin embargo, esto es lo que hace Lokál. Los primeros adoran el jamón de Praga a la crema, las salchichas con rábano blanco, el queso empanado o el revuelto de coliflor, mientras que a los últimos les gustan también mucho estas recetas, apreciando además un toque de alegre nostalgia.
A Lokál se viene para disfrutar de su cocina tradicional de cervecería y, sobre todo, sin temor de encontrar productos de mala calidad, salsas de sobre y camareros desagradables. La cerveza Pilsen de barril es excelente, los knedlíky están bien esponjosos y dorados, el gulasch a la húngara tiene un irresistible aroma a pimentón y la salsa no está espesada con harina.
Dado que el menú cambia periódicamente, quizás tendremos la suerte de degustar una carne en salsa de tomate o de eneldo, fideos con semillas de amapola o gallina al pimentón. En cualquier caso, aquí encontraremos unas especialidades de charcutería deliciosas y elaboradas por pequeños productores: salchichas de Přeštice o de Debrecen, morcilla blanca o negra, mortadela o chicharrones servidos con cebolla y vinagre.